lunes, 27 de abril de 2009

La inquebrantable fidelidad a Dios


Siguen las dudas, los reclamos y las miradas de reojo en Paraguay. Y fue un caso por demás público. Ya es conocido por todos que el Presidente Fernando Armindo Lugo, reconoció ser el padre de un menor de 2 años, Guillermo Armando Carrillo Cañete. Y que fue fruto de la relación con una mujer de 27 años cuando él era Obispo. La madre del niño, Viviana Carrillo, hizo la denuncia pidiendo que el Presidente del país vecino se haga cargo de su hijo y lo reconozca.
Estos hechos son un punto de partida para pensar por que hay cada vez hay más casos de sacerdotes que tienen hijos. Empezar a plantearse el por qué desde el Celibato es un buena opción. Entonces acá es cuando nos cuestionamos, ¿hasta que punto es inquebrantable la fidelidad a Dios? Teniendo en cuenta que todos somos iguales; humanos.
La Iglesia, ente ortodoxo si los hay, mantiene a rajatabla el celibato de los sacerdotes. Es imposible que un cura pueda establecer una pareja. Ni hablar de tener hijos o formar una nueva familia.
Entonces significa que tendremos que acostumbrarnos a conocer más casos como éste. Ya que parece un tema tabú y la posibilidad de que la Iglesia, el vaticano, evalúe ser más flexible en algunas cuestiones y vivir más conciente de la realidad es ínfima.
Mientras esto no cambia hoy es conocido otro caso más en Mendoza, Argentina. Un cura de 59 años, dejó sus hábitos para casarse con una mujer que espera un hijo suyo. Aparentemente el cura tendría un hijo de 7 años con la misma mujer, aunque el arzobispado aun no lo confirmó. Pero sí ratificaron es que el bebé está por nacer y que lo concibió mientras ejercía como cura.
Son varios los casos y sigue sin haber solución. Aunque tampoco hay castigo. ¿Quizás el castigo sea divino? Quien lo sabe, solo sabemos que hay algo que no anda bien.

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